Las Aldeas esenias
Paso 6 del camino esenio: las aldeas esenias son lugares donde pueden venir a vivir seres humanos con el deseo de dar cuerpo a Dios en la tierra. Entonces es posible otra forma de vida, entrando en el camino de la transformación y manteniendo un equilibrio entre individualidad y comunidad, para ofrecer lo mejor de sí mismos al Gran Todo.
¿Cuál es la definición de una aldea esenia?
Una aldea esenia es un espacio dedicado a una forma de vivir y percibir la vida diferente de la norma.
El primer pueblo esenio fue creado a principios de la década de 2000, en el sur de Francia, por un grupo de esenios que reconocieron la importancia de reunirse para establecer una nueva forma de vida en el planeta. Este pueblo recibió el nombre de TERRANOVA y sigue funcionando. Desde entonces, los esenios se han comprometido a construir, crear y organizar espacios en los que estos lugares de residencia pudieran extenderse por todas partes como santuarios acogedores para todos los seres.
Las aldeas esenias son, pues, comunidades familiares donde los esenios se reúnen para vivir de acuerdo con sus convicciones. Se caracterizan por una gran inventiva, con el reconocimiento y la preservación de la divinidad en los aspectos sencillos de la vida cotidiana.
En estos territorios, los esenios adoptan un enfoque animista, lo que significa que viven en armonía con las estaciones, los cuatro elementos fundamentales de la vida y todos los seres que habitan la naturaleza viva, incluidos los minerales, las plantas y los animales. Viven en armonía con los reinos superiores, respetando las grandes leyes universales.
En estas aldeas, los esenios eligen apartarse del ajetreo del mundo para dedicarse a una vida centrada en el bien común y la Luz. Optan por un modo de vida diferente, centrado en el trabajo, el estudio, la meditación, la sencillez, la vida familiar, la preocupación por todo ser vivo y la elevación de todas las actividades cotidianas.
Los esenios ven estas aldeas como una tierra de futuro, donde desean sembrar las semillas más nobles para que germine lo mejor en el futuro. Son lugares especiales donde cada aspecto de la vida humana se orquesta en armonía con los valores fundamentales de la existencia, desde el nacimiento hasta la muerte, para que cada etapa se viva con dignidad y respeto.
Vivir en una aldea esenia
La vida en una aldea esenia no es fundamentalmente distinta de la vida en el exterior. Los esenios llevan una existencia normal, centrada en los valores esenciales del trabajo, la preservación de la familia, la salud individual y la creatividad al servicio del bien común, es decir, de lo divino.
En estas aldeas, los esenios se esfuerzan por establecer un modo de vida diferente en la Tierra. Mediante un estilo de vida sencillo y conectado con su entorno, intentan restablecer los valores fundamentales de la existencia en el centro de su vida cotidiana: el respeto al trabajo, la libertad individual, la protección de la familia y de los más vulnerables, la solidaridad mutua y la preservación de todos mediante el cuidado de la naturaleza viva...
El arte esenio de vivir
Las comunidades esenias son una forma diferente de vivir en nuestro planeta. Los esenios se distinguen por ser constructores, innovadores, emprendedores y aventureros unidos por la aspiración común de dar a luz un nuevo orden mundial, una nueva forma de vivir en armonía con los principios y leyes universales. Las aldeas esenias sirven como refugios pacíficos, lugares donde el ajetreo hechizante del mundo exterior se aparta para permitir a los individuos explorar su vida interior y cultivar su vínculo esencial con su alma. Estas aldeas esenias representan entornos vitales, espacios revitalizadores, una realidad distinta dentro del mundo, que no rechazan la sociedad actual, sino que ofrecen una alternativa respetuosa y digna para todos. De hecho, la filosofía esenia trasciende las fronteras, encarnando un espíritu universal que aspira a iluminar el planeta en beneficio de todos los seres. Las aldeas esenias son como oasis donde este espíritu puede encarnarse y tomar forma en la pureza, en aras del bien común.
Las aldeas esenias son también centros de enseñanza y estudio de la tradición universal. En estas aldeas, las enseñanzas se estudian en profundidad en conferencias semanales retransmitidas por todo el mundo. Las enseñanzas también se transmiten mediante la meditación y la práctica de actividades físicas sagradas. Para los esenios, la formación y el estudio de las enseñanzas son esenciales para la transformación del individuo y la regeneración del cuerpo. Esto significa que los esenios se dedican a la educación en profundidad no sólo de su vida interior, sino también de su expresión corporal en la vida cotidiana. Por eso son fundamentales la meditación y el aprendizaje de los movimientos sagrados en medio de la naturaleza, que permiten que la enseñanza se encarne de forma concreta en la vida física cotidiana de los esenios.
Para los esenios, el objetivo no es oponerse o rechazar el mundo actual, sino construir un mundo dentro del mundo, un mundo en el que la libertad individual eleve al hombre y le permita expresar su verdadera autenticidad, actuando de acuerdo con su ser. Esta verdadera autonomía empuja a las personas a distinguirse tomando las riendas de su propia vida con discernimiento e inteligencia, con vistas a crear un futuro honorable para las generaciones venideras.
Las aldeas esenias son lugares de formación, iniciación y desarrollo del individuo. A lo largo del año, los esenios se reúnen regularmente en estas aldeas para compartir y experimentar las enseñanzas a distintos niveles.
Una o dos veces al año, se ofrecen sesiones de formación, retiro e iniciación a esenios de todo el mundo. Se trata de una oportunidad para pasar unas semanas en plena naturaleza, reunirse como una gran familia, tomarse tiempo para uno mismo y recargar las pilas, comprometiéndose seriamente a trabajar en uno mismo.
Durante los retiros, todo el mundo puede experimentar el silencio, la meditación y la reflexión interior en un entorno sencillo y encantador. Un retiro en una aldea esenia ofrece una conexión real con la naturaleza viva, un reencuentro con la Madre Tierra. Estos momentos especiales ofrecen la oportunidad de dejarse llevar y reaprender a vivir en armonía con los elementos y todos los seres vivos de la naturaleza.
Las aldeas esenias son terreno fértil para un nuevo tipo de educación, enraizada en la tierra y sus virtudes, y orientada al servicio de un mundo superior.