Ángel del Discernimiento
Uriel, salmo 44, versículo 22: Por supuesto que hay que ocuparse de la vida, pero creedme, concentrar el pensamiento en la grandeza permite desarrollar una mayor perspectiva ante los acontecimientos, un discernimiento más preciso, una claridad, un desapego.
Miguel, salmo 68, versículo 2: Sean vigilantes, cultiven el discernimiento, apliquen reglas de vida que los estabilicen y los hagan fuertes en la Luz.
Rafael, salmo 50, versículo 1: Los hombres sufren por falta de discernimiento. Es una verdadera enfermedad. Ya no saben distinguir lo verdadero de lo falso, el bien del mal, lo bueno de lo malo, lo sabio de lo idiota. Esto se ve en el agua de sus relaciones y sus intercambios. Solo se fían de las apariencias, de las formas establecidas, de los conceptos que parecen sensatos, lógicos, racionales. Se conforman con un título, una palabra bonita, una etiqueta, una sonrisa, pero todo eso está muy lejos de la sabiduría de un mundo y de una inteligencia superiores. Ya no tienen la visión penetrante que permite separar lo sutil de lo denso y poner cada cosa en su justo lugar.
Rafael, salmo 100, versículo 2: ¿Acaso los hombres no tienen la inteligencia para comprender lo que es mejor para ellos ni el discernimiento para preservarse de las influencias e inteligencias que quieren someterlos y esclavizarlos? Sin embargo, cada hombre ha recibido una herencia sagrada, que puede dilapidar o hacer fructificar. Cada uno ha recibido la capacidad de conducir su vida hacia la plenitud.
Miguel, salmo 121, versículo 14: Deben tener discernimiento y también fuerza, porque ha llegado el momento. Se encuentran en una encrucijada: un camino conduce a la esclavitud y la perdición, el otro a la Luz y la vida. Son dos futuros, dos humanidades.