Ángel de la Humildad
Uriel, salmo 21, versículo 8: Para el hombre es fácil, por supuesto, mantenerse en la verdadera humildad ante el mundo divino, pero es mucho menos fácil ante sus semejantes. Le resulta difícil mostrarse tal como es realmente, con sus cualidades, pero también con sus debilidades, sus mentiras, sus ilusiones. Para encontrar la estabilidad interior, hay que equilibrar todo eso. Hay que actuar según lo que ustedes creen que es justo, de acuerdo con su convicción profunda. Sobre todo, sean honestos con ustedes mismos.
Miguel, salmo 154, versículo 19: Es importante pensar siempre que hay una verdad superior. Esta verdad está realmente por encima de todo y, por lo tanto, por encima de ti. Ya sea que traiga el bien o el mal a tu vida, debes aceptarla, porque no tiene que pedir tu opinión y no está ahí para servirte, satisfacer tus necesidades o justificar tu mediocridad. Si sabes reconocer esta verdad sagrada y ser humilde ante ella, tendrás una base muy sólida que te protegerá en las pruebas de la vida, porque sabrás aceptar tu lugar. No me refiero a una apariencia de humildad, a alguien que se viste con ese manto para parecer bueno a los ojos de los demás, porque eso es una farsa.
Uriel, salmo 194, versículo 3: Ser humilde, respetuoso y, sobre todo, no sentirse superior a los demás, sean quienes sean, es una buena forma de vivir.
Uriel, salmo 222, versículo 9: La humildad es una virtud fundamental que se aplica en la vida cotidiana; implica una educación que conduce a la toma de conciencia en contacto con los pensamientos, los sentimientos, los hombres y la naturaleza.
Rafael, salmo 235, versículo 8: No debes juzgar la obra de Dios, sino reconocer que es perfecta, que en ella todo es sabiduría, misterio y grandeza, y que es con respeto, humildad, impersonalidad y devoción que debes entrar en su escuela para ser iniciado, educado e instruido.