Ángel de la Elevación
Uriel Salmo 2. versículo 5: Hombre, tú que buscas el sentido de la vida, que buscas ser algo distinto de lo que se ha hecho de ti, he aquí una primera regla: la ligereza. Ligereza en las relaciones, ligereza en lo que eres al aceptar ser una piedra que hay que pulir, ligereza en tu elevación.
Salmo Miqueas 136. versículo 6: El hombre está situado entre el Ángel y el animal. El Ángel representa su cielo, su elevación, y el animal su decadencia, su descomposición; no es que el animal sea una decadencia, pero si el hombre engendra un destino de estupidez y bestialidad, es una caída.
Gabriel Salmo 141, versículo 10: La gente de la antigüedad poseía habilidades, valores, principios y sabiduría, y confiaban y transmitían esta sabiduría como un tesoro. Algunos amaban la naturaleza y sabían cultivarla, convivir con ella y cultivar hortalizas en el huerto. Sabían cómo trabajar la tierra, cómo hablar con ella y cómo aprender de ella los misterios de la transformación, la elevación, la plenitud, la ofrenda... La jardinería era un arte de vivir y una escuela de sabiduría. Así, para cada actividad, había maestros y alumnos y todo se desarrollaba en el arte del trabajo bien hecho y la alegría de cumplir con la propia tarea. Todas las actividades estaban animadas por un alma, un sentido profundo, una inteligencia luminosa. Un tomate no era sólo una forma, un color, un olor, un sabor, una idea que nos hacíamos de él, sino el resultado de la evolución interior del hombre. Así que nada se trivializaba, todo estaba vinculado a una verdad que alimentaba la vida interior y el alma inmortal del hombre.
Uriel salmo 186. versículo 34: No dejes que tu vida sea un regalo a la muerte, sino que sea una elevación, un trabajo incesante, un cuestionamiento, una renovación.
Gabriel salmo 290. versículo 10: Si la gente hoy en día está plagada de enfermedades y problemas, es porque han abdicado de su interior y se han dejado invadir, sin ningún discernimiento ni freno, por los mundos exteriores. Ya no saben qué hacer con todo ese alimento, con toda esa información que no sólo no les hace ni más sabios ni más ricos, sino que se instala en su interior sin que lo sepan, convirtiéndoles finalmente en sus esclavos, exigiéndoles más y más e impidiéndoles cultivar su vida interior y su elevación a los mundos superiores.