Ángel de la Estabilidad

Gabriel salmo 78. versículo 6: Si el hombre mete las narices en todas partes, mira todo lo que pasa, se interesa por los acontecimientos más pequeños de la vida de todo el mundo y los toma para sí, ¿dónde está la concentración, la estabilidad y la determinación?

Miqueas Salmo 93. versículo 2: Alguien se acerca a ti y te dice algo, entonces te alegras. Lo siguiente que sabes es que alguien dice otra cosa y te sientes infeliz. Te dejas llevar y conducir por mundos sin ninguna estabilidad ni fuerza interior. Esto es superstición, porque no sabes reconocer lo verdadero de lo falso, lo necio de lo razonable en alguien que está delante de ti y te habla.

Rafael salmo 77. versículo 2: No han sido entrenados y educados para conocerse a si mismo más allá de su apariencia y para saber quién son realmente. Mantienen cada día una actitud que le mantiene en este estado de ánimo. Le han educado para el miedo y la duda. Miedo al mañana, miedo a no tener éxito, a no ser capaz, a no tener suficiente dinero para vivir, a no existir a los ojos de los demás. Así que, ya sea en el mundo humano o en el de la espiritualidad, trabajas frenéticamente con la esperanza de encontrar la estabilidad. Algunos se volverán blandos y harán lo que se les diga. Otros se convertirán en tiranos y querrán dictar su voluntad a todo el mundo. Todas estas actitudes permanecen en las garras del mundo del hombre y de su identificación con la muerte, con la dominación del miedo y de la duda.

Uriel Salmo 124, versículo 35: Lo divino es lo eterno, impersonal y universal. Si abdicas de lo divino como verdad en tu inteligencia, en tus sentidos, en tu cuerpo, abdicas de tu vida superior y quedarás atrapado en un mundo sin ninguna estabilidad en el que todo son ilusiones, cambios, cuestionamientos al capricho de las tendencias, las modas y las influencias.

Uriel salmo 126. versículo 5: Antes de escuchar lo que quieres oír, acércate a la naturaleza, a los animales, y escúchales. Te dirán que te pongas en marcha y hagas algo con tu vida, con el mundo que hay dentro de ti y a tu alrededor. Acércate a las plantas y escúchalas preguntarte qué has hecho con tu nobleza y aconsejarte que la redescubras. Acércate a las piedras y escucha cómo te preguntan dónde están tu memoria y tu estabilidad. Toda la naturaleza te dirá que trabajes en ti mismo y encuentres lo que has perdido.