Ángel de la Claridad
Rafael, salmo 13, versículo 8: La claridad no es una abstracción. Es un despertar de la capacidad del hombre para percibir, como una luz que aparece para iluminar un camino, mostrar todos los detalles y, sobre todo, hacer aparecer el punto de llegada, la realización.
Rafael, salmo 13, versículo 11: En realidad, la claridad no es más que una luz que te muestra la realidad de tu vida. Invoca esa luz para ver lo que eres, lo que puedes o quieres llegar a ser, y haz lo que debes hacer. Tal es el camino del hombre que se acerca al templo de la meditación para comprender por qué está en la tierra y qué debe hacer en ella para alcanzar la plenitud.
Uriel, salmo 35, versículo 3: Tu trabajo es saber con gran claridad qué semillas dirigen tu vida y florecen a través de tus pensamientos, tus palabras y tus actos.
Miguel, salmo 201, versículo 3: No debes ser un inconsciente que engendra cualquier cosa de cualquier manera. Despierta más bien la visión correcta, sabia y benevolente, que te permitirá actuar con claridad y conciencia.
Miguel, salmo 212, versículo 3: Hoy en día, los hombres ya no son portadores de palabras claras, ni siquiera saben hablar con claridad. Ignoran lo que vive dentro de ellos porque solo ven y oyen el mundo exterior que da vida a su cuerpo. Solo el cuerpo, el mundo visible, cuenta, y han perdido el sentido de lo invisible, de lo sutil, de lo sagrado. Están convencidos de que, si ocultan las cosas, no se verán. Pero lo que no han previsto y no saben es que siempre hay seres más sensibles que pueden percibir claramente lo que hay detrás de las apariencias, lo que anima a los seres y les hace pronunciar palabras.